La huella ecológica es un indicador ambiental de carácter integrador del impacto que ejerce una cierta comunidad humana (país, región o ciudad) sobre su entorno, considerando tanto los recursos necesarios como los residuos generados para el mantenimiento del modelo de producción y consumo de la comunidad. La huella ecológica se expresa según sus autores [William Rees W., Wackernagel M.; 1996] como: “la superficie necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de esta área”. La filosofía de su cálculo tiene en cuenta los siguientes aspectos: Para producir cualquier producto, independientemente del tipo de tecnología utilizada, necesitamos un flujo de materiales y energía, producidos en última instancia por sistemas ecológicos; necesitamos sistemas ecológicos para reabsorber los residuos generados durante el proceso de producción y el uso de los productos finales; y ocupamos espacio con infraestructuras, viviendas, equipamientos, etc., reduciendo, así la superficie de ecosistemas productivos.

Aunque este indicador integra múltiples impactos, hay que tener en cuenta entre otros, los siguientes aspectos que subestiman el impacto ambiental real. No quedan contabilizados algunos impactos como la contaminación del suelo, la contaminación del agua, la erosión o la contaminación atmosférica (a excepción del CO2). Se asume que las prácticas en los sectores agrícola, ganadero y forestal son sostenibles, esto es, que la productividad del suelo no disminuye con el tiempo. Obviamente, con el tiempo, la productividad disminuye, a causa, entre otras, de la erosión, contaminación, etc.

En la actualidad, el término huella de carbono se utiliza a menudo como forma abreviada de la cantidad de CO2 que se emite por una actividad u organización. El componente de COde la huella ecológica tiene un enfoque ligeramente diferente, es la cantidad de COque debe capturar la tierra o el mar, la demanda de planeta que se necesita debido a la utilización de combustibles fósiles. Nos indica cómo comparar las emisiones de carbono e interactúa con otros elementos de la demanda humana, como por ejemplo nuestra presión sobre las fuentes de alimentos, la cantidad de los recursos vivos y la cantidad de recursos que extraemos en la construcción de ciudades e infraestructuras. La huella de carbono en 2005 era el 54 % de la huella ecológica de la humanidad en general y su componente de más rápido crecimiento (figura 1). La huella de carbono de la humanidad ha aumentado 11 veces desde 1961. Reducir la huella de carbono de la humanidad es el paso más importante que podemos tomar para acabar con el exceso y vivir dentro de los medios de nuestro planeta [GFN, 2010].

Referencias:

GLOBAL FOOTPRINT NETWORK (GFN)

2010   Ecological footprint Atlas. Advancing the Science of Sustainability. October 2010.

[http://www.footprintnetwork.org/images/uploads/Ecological_Footprint_Atlas_2010.pdf]

REES, W.; WACKERNAGEL, M.

1996   Urban ecological footprints: Why cities cannot be sustainable-And why they are a key to sustainability. Environmental Impact Assessment Review 1996; 16(4-6):223-248